Gili Trawangan es posiblemente la isla más masificada de las tres, pero la ventaja es que al tener más oferta hotelera, también es la más económica. Además, es la que más ambiente tiene por la noche.
Gili Trawangan y Gili Air tienen comunicación directa por barco tanto desde Bali como desde Lombok, sin embargo, si quieres ir a Gili Meno, tendrás que hacerlo con escala en una de las dos islas anteriores.
¿En qué zona alojarse?
En la zona este de la isla, donde llegan los botes es donde más hoteles, restaurantes, bares de copas y ambiene nocturno hay, pero la desventaja es que precisamente por esto, está más masificada.
Nosotros nos alojamos en el norte, mucho más tranquilo, pero con menos hoteles, menos restaurantes y ningún ambiente nocturno.
En cuanto a la playa, la del este es mejor, de arena fina sin embargo la del norte es coralina, más apropiada para hacer snorkel, pero con trozos grandes de coral, por lo que necesitarás unos escarpines o zapatos de agua para poder meterte en el mar y no pienses en comprarlos allí porque son carísimos, así que adquiérelos antes de llegar a las islas. En general, procura llevar todo lo que necesites, porque en estas islitas no hay prácticamente de nada y lo que hay es caro. Los atardeceres se ven desde la costa norte y oeste, pero no te preocupes porque si estás alojado en la costa este, podrás desplazarte caminando o en bicicleta a ver las preciosas puestas de sol disfrutando de un cocktail o una cerveza en los diferentes beach bars que hay.
¿Qué hacer?
Básicamente puedes hacer dos cosas en estas islas, descansar en la playa y hacer snorkel o buceo. Hay tours que te llevan a los mejores lugares de las 3 islas para snorkel. Duran aproximadamente 5 horas y cuestan menos de 10€.
También es posible ir a pasar el día o medio día a Gili Meno en el barco público que sale por la mañana y por la tarde, sobre las 9h y sobre las 15h. Además también podrás hacer snorkel allí y ver tortugas a pocos metros de la playa.
¿Qué llevar?
– Linterna: en muchas zonas, no hay alumbrado público, por lo que tendrás que utilizar una linterna, así que es buena idea llevarsela para no gastar la batería de nuestro móvil.
– Escarpines o zapatos de agua, hay zonas de playa repletas de corales y no podrás meterte sin este calzado.
– Equipo de snorkel, se puede alquilar allí, pero siempre es más higiénico llevar el nuestro.
– Cámara acuática si vas a hacer snorkel, no querrás volver sin fotos o vídeos de las maravillas que has visto bajo el agua.
– Ropa ligera, pareos, camisetas, shorts, bañadores y poco más te hará falta allí. Es buena idea dejar la mayoría de tu equipaje en el hotel donde estés en Bali o Lombok y llevarte solo lo imprescindible, moverte con mucho equipaje tanto en el barco como en la isla, es incómodo.
– Dinero suficiente, aunque allí hay cajeros automáticos, muchas veces se quedan sin dinero, así que lleva lo que creas que vas a necesitar para tu estancia.
– Todo lo que necesites, las islas no están muy abastecidas y son caras.
GILI TRAWANGAN (Extensión de 4 noches desde Bali)
Gili T, una isla llena de sorpresas
Día 1: Traslado a Gili Trawangan desde Bali
A las 7 habíamos quedado con la empresa del fast boat, Eka Jaya Fast boat para que nos recogieran, ya que el precio incluye el traslado desde el hotel al muelle de Padang Bai, de donde sale el barco hacia las Gili. Le habíamos preguntado el primer día a nuestro conductor, Madé cómo hacer la reserva para el barco y él se ofreció a tramitárnoslo. Seguramente se llevará comisión, pero el precio que nos dio era el que habíamos visto en varias agencias de Ubud, así que sin problemas y más fácil para nosotros (25€ por persona y trayecto)
Nos empezamos a poner nerviosos porque eran ya las 7:30h y no habían aparecido. El barco salía a las 9h y sabíamos que se tardaba aproximadamente 1 hora en llegar. Enviamos un whatsapp a Madé que a su vez se puso en contacto con la empresa y nos tranquilizó diciéndonos que iban con retraso, pero que estaban a punto de llegar. Efectivamente el minibus de Eka Jaya Fast Boat llegó a los pocos minutos y pudimos llegar a tiempo de embarcar.
Hicimos una especie de facturación de las maletas y cuando llegó el barco, ellos se encargaron de cargar todos los equipajes. No te permiten subir al barco calzado y te señalan un cubo para que lo eches allí junto con el de los demás pasajeros, así que si no te apetece que tus zapatos, zapatillas o chanclas viajen en esas condiciones, te aconsejo llevar una bolsita para guardarlos en tu bolso o mochila.
La travesía duró unas 2h30. Fue buena, de vez en cuando algún salto con la consiguiente ducha del agua del mar que entraba por las ventanillas, pero resultaba incluso agradable y los paisajes que íbamos viendo eran muy bonitos, pequeños islotes y lo mejor, las vistas del volcán Monte Agung.
Y qué bonitas las vistas cuando nos aproximábamos a la isla, mar turquesa, arena blanca, aquello era como el paraíso. La llegada fue cuando menos curiosa. Primera sorpresa, no hay muelle, por lo que desembarcas en la propia playa. La tripulación te ayuda a bajar, pero con los movimientos del barco con las olas, lo más normal es que te mojes hasta la cintura, así que vete preparado con algo de ropa ligerita y si es el propio bañador, mejor.
Los botes llegan a la costa este, a lo que se puede considerar el pueblo o “downtown”, esta es la zona más concurrida, más bien masificada y la que más hoteles, restaurantes y sitios de copas tiene. Nuestro hotel estaba en la costa norte, menos masificada y más tranquila, pero con algunas pegas que luego os contaré.
Segunda sorpresa, no hay transporte motorizado, están prohibidos por ley, olvídate de taxis, tuk tuks, ni nada parecido. Los únicos medios de transporte que hay allí son tus propios pies, bicicletas y carros tirados por caballos. Como llevábamos maletones y nuestro hotel no estaba en esa zona, optamos por el carro. Casi no cabíamos las maletas y nosotros dos así que el traslado al hotel fue bastante incómodo, menos mal que el trayecto era corto.
Y llegamos al hotel Alam Gili, nos gustó mucho. Las habitaciones eran bungalows distribuidos en un jardín bien cuidado y frente a la playa. A la entrada estaba el pequeño edificio de la recepción y el restaurante con mesas en la propia arena.
El bungalow era muy bonito, arquitectura tradicional y bien amueblado, sobre todo el porche me encantó, tenía hasta una cama balinesa. Enseguida le vi dos pegas, una que las ventanas no tenían cristales, solo una malla que estaba rota por algunos sitios, lo que facilitaría la entrada de mosquitos y demás fauna y otra, que el baño era semi exterior, la ducha no tenía techo, lo que puede resultar muy atractivo en principio, eso de ducharte viendo el cielo azul o las estrellas, pero que práctico no es, más bichos que pueden entrar y no digamos si llueve … pero bueno, pensé, pedimos en recepción un repelente de insectos y ya está, por lo demás el hotel es muy bonito y nos ha salido bien de precio, unos 50€ la noche que para las Gili no está mal.
Dejamos las maletas, nos pusimos el traje de baño y salimos a la playa, aunque lo primero que hicimos fue comer, allí mismo, en el restaurante del hotel. La comida era buena y el precio también. A pesar de que había leído que en las Gili comer era más caro que en Bali, no notamos demasiada diferencia.
Después de comer, ya directos a la playa que con el calor que hacía lo que más nos apetecía era un bañito en el mar. Tercera sorpresa, la playa no era como la que habíamos visto al desembarcar, esta estaba llena de trozos de coral, algunos tan grandes que cuando intentabas meterte en el mar te hacían polvo los pies y no nos habíamos llevado escarpines … ERROR!!! Fuimos a una tienda de buceo que había cerca del hotel y los tenían sí, pero a un precio desorbitado, así que nos tuvimos que arreglar como pudimos. Mi chico llevaba unas sandalias de esas que van sujetas al pie y son acuáticas, así que él no tenía problemas, pero yo no podía ponerme las suyas porque se me salían, solución???, que el pobre me tenía que meter y sacar del agua a caballito, jajaja. Una vez dentro ya no había problema, había arena, lo conflictivo era entrar y salir, así que si vais, no olvidéis llevaros calzado de agua.
Bueno pues después de que por fin conseguimos darnos un estupendo baño en el mar, (si os estáis preguntando algo que yo siempre hago cuando planeo ir a una playa, ¿temperatura del agua? Os diré que estaba buenísima, ni fría, ni caldo, una temperatura muy agradable), nos pedimos unas cervecitas Bintang y esperamos la puesta de sol sentados en la playa. Os puedo asegurar que los atardeceres de Gili Trawangan son de los más bonitos que he visto y al fondo se ve la costa de Bali y su impresionante volcán Agung.
No sabíamos donde cenar, porque por los alrededores solo veíamos hotelitos, pero bueno, comenzamos a caminar por la orilla de la playa y cuarta sorpresa, no había alumbrado, menos mal que llevábamos los móviles, consejo, si vais es muy recomendable que metáis una linterna en la maleta. Encontramos el restaurante Casa Bonita, muy rico todo y bien de precio aunque es verdad que aquí notamos los precios algo más elevados que en Bali, pero barato en cualquier caso. Tenía una terraza muy agradable y además había unas plataformas de madera y en cada una de ellas una mesa, digamos que eran como pequeños reservados. Allí mismo nos tomamos nuestro gin tonic, porque ambiente nocturno en esa zona, nada en absoluto. Pero aún nos esperaba la quinta sorpresa al llegar al hotel, entro en el baño de la habitación y adivinad qué me encontré, UN ESCORPIÓN, sí, sí, como lo leéis, un escorpión. Salí disparada a la recepción que por suerte había un chico de guardia, él no hablaba casi inglés, pero se lo expliqué como pude y vino a sacarlo. Esa noche ya no dormí tranquila.
Día 2: Gili Trawangan, cambio de hotel y relax en la playa
A la mañana siguiente fuimos a recepción a preguntar si tenían habitaciones con baños cerrados. Nos dijeron que no, pero nos explicaron que ese animalito que nos habíamos encontrado era inofensivo y que en cualquier caso, si no íbamos a estar a gusto, por ellos no había problema en que nos cambiáramos de hotel. Nos quedaban 3 noches en la isla, así que no era cuestión de estar a disgusto …Pues dicho y hecho, salimos y justo al lado vimos un hotel con buena pinta, el Villa Grasia, preguntamos precio y pedimos ver la habitación. Todo perfecto, habitación amplia, gran ventanal con cristales y baño cerrado. Era una construcción más moderna, no tan típica y las habitaciones no estaban en bungalows, bueno, se podría decir que eran bungalows adosados, porque estaban en una pasillo, una tras otra, todas en planta baja. La piscina era mucho mejor, tenía tumbonas en la playa y el precio era similar, así que a la media hora ya estábamos instalados.
Por la tarde disfrutamos de la playa y de otra increíble puesta de sol. Cenamos en el Coral Beach Pizza, al lado del Casa Bonita. Las pizzas buenísimas y la cena nos costó alrededor de 15€ los dos.
Día 3: Downtown y playas costa este
Decidimos ir caminando a la playa de la costa este, donde habíamos llegado con el barco. Hay dos posibilidades, el caminito que va por la playa o el que va por el interior que es tipo selva y además se da más vuelta, así que decidimos ir por la playa. Tardamos 20 minutos en llegar al “downtown” donde vimos un montón de tiendecitas, algún cajero automático y muchos restaurantes.
La playa, sin lugar a dudas, es mucho mejor, arena sin corales, pero sin embargo, con mucho más bullicio. Disfrutamos de un buen baño y volvimos a comer al restaurante del hotel que estaba muy bien y no era caro.
Por la tarde fuimos a dar una vuelta hacia el otro lado de la isla, hacia el oeste y ahí vimos dos de los famosos columpios en el agua de Gili T, los de los hoteles Aston y Ombok y rematamos el día con otra mágica puesta de sol.
Volvimos a cenar al Casa Bonita que esa noche tenía más ambiente y nos tomamos el gin tonic en una de las plataformas junto al mar, la verdad es que se estaba súper a gusto.
Día 4: Snorkel
Habíamos pensado ir el último día a Gili Meno en el barco público para hacer snorkel, pero al final se nos hizo tarde y lo perdimos así que tuvimos que conformarnos con hacer snorkel en la playa de Gili T que tampoco estaba nada mal.
Zonas de snorkel y buceo
Desde el hotel caminamos un poco por la playa hacia el oeste, nos sumergimos y qué maravilla, vimos peces mariposas, ídolos moros, peces cirujano, mantarrayas y también una TORTUGA, qué ilusión !!!
Tras otro espectacular atardecer, volvimos al Coral Beach Pizza a cenar y nos fuimos a preparar el equipaje.
Día 5: Volvemos a Bali
A las 11:30 salía el fastboat hacia Bali, en el hotel nos llamaron a un coche de caballos o cidomo, para que viniera a buscarnos y otra vez el episodio de meter todo el equipaje en el carro, un show!!! Yo os recomiendo que si lleváis mucho equipaje como nosotros, dejéis parte en el hotel donde os hayáis alojado antes de ir y luego volváis a recogerlo. En las Gili no hace falta mucha ropa y con un trolley o mochila pequeña os podéis arreglar 3 o 4 días y así no vais cargando.
Tuvimos que estar un rato esperando en una especie de “terminal” del fast boat, lo podéis ver en la foto, porque el barco venía con un poco de retraso. Al fin llegó, embarcamos y 2.30 más tarde estábamos de regreso en Padang Bai. Aunque el precio del billete nos incluía tanto el traslado de ida como de vuelta, nos dijeron que teníamos que esperar media hora a que llegase otro barco que venía de Lombok. Como no queríamos perder tiempo, que ya era el último día, cogimos un taxi a Seminyak. La última noche nos íbamos a dar el lujo de pasarla en una villa con piscina privada (otro lujo que muchos solo nos podemos permitir en Bali)
Si queréis ver cómo fue la estancia en la villa, podéis seguir leyendo en el apartado Diario de Bali y para verla en vídeo podéis pulsar aquí
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